La transformación digital de la economía europea ha traído consigo enormes oportunidades, pero también desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la competencia y la equidad en los mercados digitales. En este contexto, la Ley de Mercados Digitales (DMA) se ha convertido en una pieza clave de la estrategia europea para regular el poder de las grandes plataformas tecnológicas. El reciente informe anual de la Comisión Europea, publicado el 3 de mayo de 2025, ofrece una visión detallada sobre los avances, retos y perspectivas de esta ambiciosa regulación.
¿Qué es la DMA y a quién afecta?
La DMA, en vigor desde 2023, establece un marco normativo destinado a controlar las prácticas de los llamados “guardianes de acceso” (gatekeepers), es decir, aquellas grandes plataformas digitales que actúan como intermediarios imprescindibles entre empresas y usuarios. Entre los servicios afectados se encuentran motores de búsqueda, redes sociales, sistemas operativos, navegadores web y tiendas de aplicaciones.
Estas empresas, por su tamaño e influencia, pueden imponer condiciones injustas, dificultar la entrada de nuevos competidores y limitar la innovación. Por ello, la DMA les impone obligaciones específicas, como:
- Permitir la interoperabilidad con servicios de terceros.
- Prohibir la auto-preferencia de sus propios servicios.
- Garantizar la portabilidad de datos y la transparencia en la publicidad digital.
- No impedir la desinstalación de aplicaciones preinstaladas.
Principales logros durante el último año
El informe de la Comisión Europea destaca varios avances significativos:
- Adaptación de los guardianes de acceso: Las plataformas designadas como guardianes de acceso han comenzado a modificar sus prácticas comerciales para cumplir con la DMA. Esto incluye cambios en sus condiciones de servicio, mayor transparencia en el uso de datos y la apertura de sus sistemas a terceros.
- Supervisión y cumplimiento: La Comisión ha reforzado su capacidad de supervisión, estableciendo equipos especializados y colaborando estrechamente con las autoridades nacionales de competencia. Se han iniciado investigaciones sobre posibles incumplimientos y se han emitido advertencias a empresas que intentan eludir las obligaciones.
- Colaboración internacional: La DMA está sirviendo de referencia para otras jurisdicciones fuera de la UE, lo que refuerza el liderazgo europeo en la regulación digital. Además, se han abierto canales de diálogo con Estados Unidos y otras regiones para abordar desafíos comunes.
Retos identificados en la aplicación de la DMA
A pesar de los progresos, el informe señala varios desafíos:
- Evolución tecnológica rápida: Las plataformas digitales innovan constantemente, lo que requiere que la Comisión adapte sus herramientas y métodos de supervisión para no quedarse atrás.
- Recursos y capacidades: La aplicación efectiva de la DMA exige recursos técnicos y humanos considerables, así como la formación continua de los equipos encargados de la supervisión.
- Resistencia de los guardianes de acceso: Algunas grandes plataformas han mostrado resistencia a ciertos aspectos de la regulación, lo que ha dado lugar a litigios y a la necesidad de clarificar algunos puntos de la normativa.
Perspectivas de futuro
La Comisión Europea se compromete a seguir evaluando el impacto de la DMA y a ajustar su enfoque según sea necesario. Entre las prioridades para el próximo año se encuentran:
- Mejorar la cooperación con las autoridades nacionales y otros organismos internacionales.
- Desarrollar guías y buenas prácticas para facilitar el cumplimiento por parte de las empresas.
- Fortalecer los mecanismos de sanción ante incumplimientos graves.
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=COM:2025:166:FIN