El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena a un ginecólogo a indemnizar con 739.463 euros a unos padres que no fueron informados de que el bebé que esperaban sufría graves malformaciones, privándose a la madre de su derecho a abortar dentro del plazo legal. El médico, del seguro privado, no comunicó a la pareja durante el embarazo que el feto presentara problemas, a pesar de la realización de varias ecografías. El bebé, una niña, nació con focomelia, sin manos y sin dos terceras partes de los antebrazos. La sentencia de la Sala de lo Civil del Supremo rechaza los recursos del ginecólogo y de una aseguradora contra el fallo dictado por la Audiencia Provincial de Salamanca en 2006.
Deja una respuesta